lunes, 9 de enero de 2012

• "Entrevista a Ray Manzarek" •



Palabras del Periodista  jlfercan:

The Doors siempre han sido una de mis bandas favoritas, además de claros protagonistas de mis primeros recuerdos musicales. Cuando me propusieron entrevistar a Ray Manzarek, fundador junto a Jim Morrison de la mítica formación californiana, y uno de los teclistas más reconocibles de la historia del Rock, no pude evitar sentir un escalofrío. Por aquel entonces Ray seguía manteniendo vivo el legado de los Doors junto a su viejo compinche Robbie Krieger a través de la formación Riders on the Storm, y la presente entrevista tenía cómo excusa la remasterización del catálogo clásico de la banda. Las circunstancias quizá no eran las más adecuadas (Manzarek tenía otras entrevistas aquella tarde, y la compañía había limitado la conversación a unos escasos veinticinco minutos), pero el teclista se mostró afable en todo momento, y no tuvo problema en recordar a su viejo amigo Jim, o el caótico biopic sobre la banda filmado por Oliver Stone. Fué publicada en mayo de 2007 en la revista Popular 1.

 Se celebra el 40 aniversario de The Doors reeditando el catálogo de la banda. ¿Cuáles serían las novedades más importantes?

“Creemos que la música que grabamos tiene más vigencia que nunca. Hemos reeditado los seis discos que grabamos con Jim Morrison porque merecen el tratamiento de álbumes clásicos del Rock, y asi es como suenan ahora. Hemos usado las mejores técnicas de sonido para conseguirlo, y añadido material extra en cada disco. Bonus tracks en forma de temas regrabados, con partes vocales de Jim no utilizadas en el original, partes mías de piano que se eliminaron de las primeras mezclas, solos de Robby… Material deshechado que aporta un punto de vista interesante sobre lo que era la banda, y que nos alegra que podáis descubrir ahora”.


Lo increíble de vuestra discografía es que la formación original sólo duró cuatro años, creó un sonido propio y vuestra evolución en tan poco tiempo es asombrosa. Da la impresión de que siempre estuviéseis explorando, mirando hacia adelante


“Claro, cada álbum es muy diferente. Permanece nuestro sonido, la voz de Jim, pero “L.A. Woman” no sigue la misma fórmula del primero, o de “Strange Days”. Se han dicho muchas cosas sobre The Doors, se ha mitificado a Jim… pero lo que nunca se dice es hasta qué punto nos obsesionábamos por grabar el mejor disco posible. Precisamente sabíamos que nuestro trabajo consistía en explorar las infinitas posibilidades que la música ofrece. Siempre estábamos trabajando en nuevo material, experimentando… creo que en ese sentido los álbumes hablan por sí solos”.



Recientemente habéis girado con  Riders on the storm, vuestra actual aventura junto a Ian Atsbury, ¿cuáles serían las mayores diferencias para ti trabajando con Morrison y con Atsbury como cantantes?


“Bueno, ante todo he de decir que para mi el gran aliciente de la reunión es volver a tocar con mi amigo Robby Krieger. Si me preguntas por las diferencias entre Jim e Ian… ambos tienen mucho en común. Es decir, yo soy consciente de que Jim Morrison es insustituible, el era, ya sabes, El Rey Lagarto, e Ian es el cantante de The Cult. Pero habiendo probado la experiencia, veo a Ian como el vehículo perfecto para proyectar esas canciones. Y como iba diciendo, ambos tienen cosas en común, ya que son hombres profundamente espirituales y cristianos, que creen en el poder de la música. Las canciones de The Doors no son simple musica pop, sino que tienen una energía propia, hace falta ser un hombre adulto y espiritual para interpretarlas correctamente. Y en cuanto a la forma de trabajar con uno y otro, bueno, yo tampoco soy la misma persona, porque cuando Jim estaba vivo yo rondaba los treinta años y ahora ya paso de sesenta. Antes todo era más espontáneo, mientras que ahora nuestra gran preocupación es ofrecer lo mejor sobre el escenario”.

 Cuando Jim murió Iggy Pop estuvo a punto de convertirse en su sustituto, ¿verdad?

“Eso es”. 


¿Qué salió mal?


“No nos entendimos. Éramos muy jóvenes y… bueno, podrías llamarlo “choque de personalidades” (Risas)”.


Casi todos piensan que os separásteis entonces, pero todavía hubo dos discos más, donde tu fuiste el cantante, “Full Circle” y “Other Voices”, que nunca se han reeditado. ¿No os satisfizo el resultado?

 “Fueron tiempos complicados para nosotros, acabábamos de perder a Jim y la compañía nos ofreció continuar, pero está claro que los discos no funcionaron bien y después no quisieron saber nada más del tema. Creo que la razón fue que todos echaban demasiado en falta a Jim y no valoraron esos discos como merecen. Intentamos seguir progresando, casi todos los temas son de Robby y míos, y creo que son bastante buenos. Ahora bien, si en lugar de haber sido cantados por mi lo hubiesen estado por Jim, hubiesen sido dos grandísimos álbumes. Creo que ahí está la prueba de que The Doors nunca dejamos de explorar.



“L.A. Woman” fue vuestro último disco con Jim. ¿Estábais preparando su continuación cuando él muere en París?

“La filosofía de The Doors era estar siempre trabajando con nuevo material. Editábamos un Lp y ya pensábamos en el siguiente. Parte de ese material apareció en “An American Prayer” y parte en los discos que grabamos sin Jim. Hubiesemos entregado otro disco pronto, pero ya sabes, él nunca regresó de París”.


Se dice que en aquellos días Morrison bebía demasiado


“Más que nunca. Hasta entonces habían sido drogas psicodélicas, marihuana, pero el alcohol fue lo peor de todo. El alcohol terminó matándolo. Cuando bebía no era Jim, era Jimbo, algo asi como una versión oscura y autodestructiva de Jim Morrison. La marihuana o el LSD avivan la imaginación, pueden ser positivos en ciertos momentos, pero el alcohol es un depresivo muy potente, por eso digo que fue lo que terminó con él”.


En un disco como “L.A. Woman” la influencia del alcohol es bastante patente, diría que incluso en el sonido del disco. Es vuestra obra menos “psicodélica”, más Bluesy, y la forma de cantar de Jim sorprende por su crudeza


“A pesar de esa imagen salvaje de él que han creado los medios, Jim era un hombre muy sensible. No estoy diciendo que no fuese alguien salvaje, que lo era, pero… mira sus letras, su poesía. Para mi ese lado sensible y culto tenía más peso, y llegó un momento en que encarnar ese papel de tipo al límite cada noche sobre el escenario le agobiaba un poco. Es decir, que por momentos daba la impresión de que la gente venía más a ver a Jim hacer su papel que a escuchar nuestra música, o a oirle cantar, y eso le hacía sentir inseguro. De hecho ni siquiera se sentía cómodo a la hora de hacer promoción él sólo, para sesiones de fotos, entrevistas… siempre quería que estuviesemos alguno más del grupo junto a él”.

 Asi que la bebida fue algo así como una forma de escape

“Si, pero una forma de escape que no da resultado. Se sentía inseguro y bebía. Y cuanto más bebía, más inseguro…”.


Asi que el hombre que había detrás del mito era muy diferente a lo que imaginamos


“Cada vez que hablo sobre él me gusta incidir en lo mismo, que era un hombre que vivía para la música y la poesía. Realmente sentía que había algo en su cabeza que quería comunicar a los demás. Y como persona, pues fue uno de los mejores amigos que he tenido. Era alguien especial, cálido, y realmente inteligente”.


Da la impresión de que en los últimos años ninguna banda ha conseguido emular el sonido de The Doors, es quizá la banda clásica de Rock que menos imitadores ha conocido. Si hablamos de Jim como performer, ¿ves algún posible sucesor en estos últimos años?


“Justin Timberlake (carcajadas). Es broma, claro. No, no me gustaría citar a nadie, porque ahora ya no es una escena musical, sino una gran industria del Pop, del entretenimiento… declarar un sucesor sería aceptar que Jim Morrison ha terminado formando parte de esa gran industria, y me niego a aceptarlo. No suelo escuchar musica actual”.

Cuando Pearl Jam editaron su primer álbum, se hablaba mucho de la influencia de Morrison en Ed Vedder, ¿qué opinas?

“Mmmmmmmm, no, no lo veo… prefiero pensar que Bono sería un buen candidato”.


¿Bono? ¿en serio?


“No se, diría Bono, no como cantante, sino por el hecho de que es más que un cantante, es un comunicador, alguien que tiene algo importante que decir. Veo a Jim Morrison más cercano a eso que a uno más de esos cantantes de la industria del Pop. Por supuesto Jim es inimitable, pero si me obligas a elegir, mantengo lo de Bono. Bono e Ian Atsbury serían mis favoritos”.



Pasemos a un tema polémico. Casi toda la gente de mi generación descubrió a The Doors gracias a la película que Oliver Stone hizo sobre vosotros. Tú siempre has declarado tu disconformidad con respecto al film. ¿Se puso en contacto con vosotros para escribir el guión?


“Si, estuvo varios meses hablando con todos nosotros, pudimos conocernos bien. No tengo nada malo que decir de esa película como historia de ficción, como fantasía hollywoodiense. Pero si Oliver Stone pretende decirme que ese soy yo y la banda en la que estuve, lo único que tengo que decirle es que su film no refleja en modo alguno la realidad”.


¿Qué es lo que más te molesta del film?

 “Mira, empezando con que Oliver Stone se pasó todo el tiempo en el que preparaba la película con nosotros esnifando cocaína y bebiendo tequila. Estaba espídico. ¿Cómo va a entender la filosofía de los 60 alguien que se comporta así? Yo le decía: deja de beber y de ingerir las sustancias equivocadas, y entenderás cómo eran los 60 (Risas). Sientate, relájate, fúmate un porro, toma algo de LSD, y entenderás a los Doors. Porque en los 60 nadie se metía coca, ni abusábamos tanto de la bebida, era todo más psicodélico, más relajante. ¿Y qué tenemos en esa película? ¿La has visto? Tio, eso es una locura, es una película sobre un cantante junkie psicótico, ese no era Jim.”


Es decir, que no ves nada vuestro ahi


“Entiendo que la audiencia joven de los 90 quería ese retrato de The Doors, toda esa locura salvaje sin sentido, pero esos no éramos nosotros. Es decir, nadie se ríe en esa película, nadie dice nada interesante. Somos nosotros, pero nosotros no nos pasábamos el día drogados o borrachos diciendo incoherencias… Si Jim hubiese sido como ese actor en la película (Nota: Val Kilmer), ¿Cuándo hubiese tenido tiempo para escribir todas esas letras? ¿Cuándo habría ensayado, grabado los discos, preparado los shows? ¿Alguien puede creer que una banda como The Doors pudo salir adelante estando colgados todo el día? Por Dios… en los 60 nos reíamos, nos divertíamos, no era todo exceso y muerte. Cualquiera de los que conocimos a Jim te hablaría de que era un hombre con un gran sentido del humor y del compañerismo, y eso no se plasma en la película, sino que se opta por hacer un retrato exageradamente sórdido de él”.




En cuanto a la forma de trabajar de The Doors, se dice que Jim escribía las letras y tu solías ponerle música


“Generalmente sí, Jim venía con líneas, o con un poema, y pasábamos horas y horas trabajando con aquellas palabras buscando una forma musical que las acentuase. Pero también Robby escribió mucho material en solitario, muchas de nuestras mejores canciones son de Robby Krieger: el escribió “Love her madly”, “Runnin’ Blue”, “Light my Fire”, “Spanish Caravan”, “Wishful Sinful”… creo que su papel como compositor siempre ha estado infravalorado”.




“The End” es una de las canciones más polémicas de la historia del Rock. Tiene muchísimas lecturas, y supongo que para cada oyente tendrá un significado diferente. ¿Cuál sería para ti?


“Yo también creo que puede significar muchas cosas distintas, ahí radicaba el encanto de Jim como letrista. Es puro delirio, pero está llena de puntos muy significativos. Al final, parece dar a entender que se trata de una tragedia griega, algo edípico, ya sabes, el asesino levantándose al amanecer antes de terminar con su familia… pero si lo ves desde un punto de vista más convencional, comienza como una bella canción de amor, una despedida a una chica, “This is the end/ beautiful friend…” esas palabras resuenan en nuestras cabezas porque todos hemos pasado por algo asi, y a partir de ahí ya estás dentro de la canción, tus propios recuerdos pueden llevarte a unas u otras imágenes, algunas te parecerán absurdas, y otras serán como una pesadilla, pero debes hacer ese viaje igualmente: los niños esperando la lluvia, el bus azul, llamándote (Manzarek empieza a recitar la parte central de la canción, místicamente). Ese autobús, somos nosotros, es el propio grupo ofreciendo al oyente la posibilidad de dejarse llevar y emprender la marcha con nosotros”.

 ¿A dónde nos llevaría ese viaje?

“Hacia el cosmos, un estado superior al que acceder mediante la música”.


Siempre os he visto como una banda de Blues Rock. ¿Se identificaba Morrison con esa conexión demoníaca que también poseen los viejos bluesmen?


“Creo que el resto de la banda tenemos más que ver con el Jazz, pero efectivamente, a Jim le interesaba ese poder que sólo el Blues tiene”.


Y esas influencias bluesy se acentúan definitivamente al final de vuestra carrera, en “Morrison Hotel” y “L.A. Woman”


“Desde luego. Nos volvimos un poco menos psicodélicos. Robby tambien tuvo culpa de ello”.


Aparte de Willie Dixon y John Lee Hooker, a los que versioneásteis, ¿cuáles serían vuestros bluesmen favoritos?


“El mío siempre fue Muddy Waters”.


Con el primer álbum, ¿os dabais cuenta de que estábais a punto de revolucionar la historia de la música?


“Bueno, sabíamos que no había nadie grabando una música como la nuestra. Todo era más hippie, más optimista, y sabíamos que nadie estaba grabando una música tan oscura. Creo que lo mejor de esa época era que todos peleábamos en la lucha por la originalidad”.


Hablemos de dos nombres que todos asociamos al sonido clásico de la banda: los productores Paul Rothchild y Bruce Botnick
 
“Los Doors éramos seis en realidad. Paul y Bruce serían los Doors restantes porque nos ayudaron a definir nuestro sonido. Ya sabes que Paul, al igual que Jim, ya no está entre nosotros. Y créeme, Jose, nuestro mundo tiene un límite, y más allá de él está el universo, que es a donde todos iremos cuando hayamos dejado este mundo. Y yo se que algún día, cuando ya no estemos aquí, estaremos en los límites de ese otro cosmos, en un lugar llamado The Roadhouse, y alli podrás vernos a The Doors, actuando con Jim, y Paul Rothchild también estará alli. Y por supuesto, cuando llegues, estarás invitado a ese show”.
 

Te tomo la palabra, Ray


“Por supuesto (Risas)”.


 Siempre he encontrado muy divertidas esas teorías que hablan de un Jim Morrison fingiendo su muerte. La más famosa afirma que se fue a vivir a Africa, siguiendo los pasos de Rimbaud, ¿qué opinas de ese tipo de leyendas urbanas?

“No lo consideres una leyenda urbana, ¡Él podría estar en África! (Risas). Quien sabe…”.


¿Sigues escuchando estas historias después de tantos años?


“Constantemente”.


¿Cuál sería la más estrambótica?


“Tengo una carta de un tipo que vive en Australia. Me escribió afirmando que Jim Morrison vive recluido alli, cerca de su casa, y que él lo reconoció. Me decía que el problema es que Jim tenía una pierna rota y estaba apenas podía moverse de casa, asi que quería que yo le enviase dinero para poder llevarle al hospital, y me aseguraba que después le convencería para que volviese a Estados Unidos (Risas)”.


Una de las cosas que le diferenciaban de otros frontmen es ese aura mística. Parecía obsesionado con la cultura indígena americana, el chamanismo… ¿sabes de dónde le venía ese interés?


“Creo que de cuando era niño. Su padre era militar y le destinaron a una base en Nuevo Mexico, y Jim pasó alli casi toda su infancia, y ese tipo de cultura está muy presente en ese estado. No se porqué fueron alli, creo que por aquel entonces el ejército americano seguía experimentando con armas atómicas en el desierto. Quizá por ello Jim nunca pudo asentarse en un sitio, debido a los distintos destinos de su padre, y fue una forma de buscar sus raíces. Porque para él, todo lo que tenía que ver con el pueblo indio lo consideraba sus raíces como americano. Éste es un país joven, ya sabes, y lo indio es lo más cercano que tenemos a una cultura ancestral propia. Y su interés por la figura del chamán, creo que está bastante claro, que intentó llevar ese carisma del brujo al escenario. Ya sabes, el tipo que entra en trance al son de los tambores… es parte de su personalidad como interprete”.

Ambos os conocisteis en la escuela de cine, ¿qué clase de películas os interesaban? ¿cuáles eran vuestros directores favoritos?

“Sobre todo el cine europeo. Fue precisamente una época en la que empezó la decadencia de los estudios norteamericanos, y lo que venía de Europa era más artístico, más arriesgado. Mi favorito era Josef Von Sternberg, que llegó a darnos clase”.


Francis Ford Coppola incluyó “The End” en “Apocalypse Now”. La canción tiene una importancia capital para reforzar la sensación de locura que vive el  protagonista


“Coppola se puso en contacto conmigo antes de incluirla. Yo le dije “me parece perfecto que quieras cerrar la película con “The End”, y entonces me dijo que no, que su intención era que la canción sonase durante los títulos del principio. Al principio no me pareció buena idea, le dije que era una locura, que precisamente la canción se titulaba “The End”, pero, ¿Quién diablos soy yo para dar consejos cinematográficos a Francis Ford Coppola? (Risas). Quedó perfecta, Coppola es brillante. Y déjame decir otra cosa: The Doors éramos, junto a Jimi Hendrix, la banda sonora favorita de las tropas destacadas en Vietnam, asi que la película también hace justicia a ese hecho. The Doors y Hendrix, eso es lo que escuchaban los muchachos”.


No es la primera vez que se comenta ese dato. ¿Crees que se identificaban con la oscuridad de las letras de Jim?


“Si, es algo que comenté con veteranos. Imagínate a aquellos jóvenes en medio de la selva, confundidos, viendo con sus propios ojos la locura de la guerra en estado puro. Se identificaban con nosotros, por supuesto, la nuestra también puede ser música de la jungla”.

 Siendo una formación tan atípica, ¿con qué bandas de vuestra época os sentíais más identificados?

“No nos fijábamos en otras bandas de Rock. A decir verdad, sólo me sentía identificado con músicos de Jazz, lo de las estrellas de Rock no tenía ningún interés para mi”.


Pocos teclistas a lo largo de la historia del Rock tuvieron la importancia que tu tuviste en The Doors. ¿Cuáles serían tus mayores influencias?


“Admiraba a Bill Evans, Ramsey Lewis, músicos de jazz como puedes ver. Aunque también a otros de Rock n’ Roll como Johnnie Johnson, el pianista de Chuck Berry, Otis Spann, que tocaba el piano con Muddy Waters. También a Johan Sebastian Bach (Risas)”.


Elige el mejor y el peor recuerdo de todos estos años de carrera


“Ok, vamos allá. El mejor sería conocer a Jim Morrison en la playa, cuando decidimos formar una banda de Rock. Recuerdo que llevé a Jim a mi pequeño apartamento, donde vivía con mi novia, que ahora es mi mujer, y creyó que todo era una gran broma. “¿Una banda de Rock? ¿Y cómo os vais a llamar?” “The Doors” (Risas). “Las puertas, como las puertas de la percepción, de Aldous Huxley”, y se quedó muda (Risas). Aunque quizá el mejor momento de todos fue cuando tocamos en el Madison Square Garden, rodeados de agentes de policía para que los fans no invadieran el escenario. Era como… wow (Risas), toda la vida viendo los grandes eventos deportivos en aquel recinto, ¡y ahora el evento éramos nosotros! Pensé que estaba en la cima del mundo (Risas). Y el peor, desgraciadamente, fue la última actuación que hicimos con Jim en Nueva Orleans, donde su estado físico era realmente preocupante, y creo que no estuvimos a la altura de lo que se esperaba de nosotros. Un recuerdo todavía peor si pienso que fue la última vez que la formación original estuvo junta”.

Cuando se fue a París, ¿pensaste que las cosas podían acabar tan mal?

“No, era mi amigo, y por mal que estuviese, uno nunca piensa que a sus amigos les pueda suceder nada malo. Era obvio que necesitaba unas vacaciones. Se va a París, le vendrá bien… pero en fin, ilustra bastante bien lo que es la cara oscura del éxito. Jim sentía mucha presión, abusó de las drogas para escapar de esa inseguridad, es lo mismo que le pasó a Kurt Cobain, se les juzga siempre desde el punto de vista del que no conoce su situación, pero esos chicos fueron personas sometidas a una terrible presión, que acabó con ellos”.


¿Por qué crees que el legado de The Doors sigue tan vigente, incluso para personas que ni siquiera habían nacido cuando Jim Morrison vivía?


“Yo también me lo pregunto. ¿Tu tampoco habías nacido en los 60 verdad?”.


No


“Pues entonces deberías hacerte tú mismo esa pregunta, qué te dice a ti o a la gente de tu generación la música de The Doors. Si me preguntas a mi, yo diría que es porque nuestra música transmite la sensación de libertad a todo el que la escucha, en los 60 y ahora. Libertad individualista, pero a su vez con el poder de unir a la gente. Porque créeme, aunque ahora muchos traten de desacreditar el gran movimiento que nació en los 60, eso es porque les da miedo que unos ideales y una música pueda ser capaz de unir a tantas personas. Fíjate en cómo hemos cambiado, cómo olvidamos el pasado: Irak es otro Vietnam, o lo será cuando haya terminado y conozcamos el horror que esos chicos han vivido allí, y los americanos somos esclavos de George Bush. Pero todo está cambiando, la gente vuelve a unirse, y en dos años América volverá a ser libre y los americanos volveremos a ser ciudadanos del mundo. Hay dos opciones, hacer el amor o hacer la guerra, y esta administración ha elegido hacer la guerra. Esto te sonará algo anticuado, pero yo sigo apostando por hacer el amor. Después de todo ¡sigo siendo un hippie! (Risas)”.


 J.L. Fernandez, 2007. Entrevista completa publicada en el nº 403 de la revista Popular 1.

Publicado por jlfercan en agosto 30, 2009

FUENTE: http://jlfernandezblog.wordpress.com

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